Cómo hablar a tu hijo/a de la sexualidad en la adolescencia

¿Tienes un hijo/a adolescente y te preocupa que tenga dudas sobre la sexualidad en la adolescencia? No te preocupes, sé que hablar de sexo con tus hijos no es algo fácil, y más teniendo en cuenta que desde siempre la sexualidad se ha considerado como un tema tabú. En la adolescencia, hay varios factores que inciden en la determinación de la sexualidad de cada persona. Las hormonas, la curiosidad, la sensualidad intensa y la inexperiencia en cuanto a qué debe considerarse amor romántico o sexo explícito hacen que esta etapa sea especialmente confusa para los adolescentes. Por eso mismo, en este post te voy a indicar cómo hablar de sexualidad a tu hijo/a adolescente para que le ayudes a reconocer entre qué márgenes debe actuar. ¡Sigue leyendo para descubrir más! 

¿QUÉ TEMAS RELACIONADOS CON LA SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA DEBES ABORDAR?

La sexualidad en el mundo tecnológico

En la actualidad, los adolescentes están expuestos de manera constante -entre 6h-7h (Mass Media Influences Sexuality. 2011)- a representaciones sexuales sugestivas o explícitas, ya sea a través de las redes sociales, Internet o cualquier otro medio que consuman. Esto, sumado a su falta de experiencia, hace que tengan como referencia y quieran reproducir ciertos modelos sexuales o ciertas actuaciones en el sexo que pueden alejarse de la realidad. 

Además, aunque la llegada de la tecnología en nuestro día a día ha supuesto una mejora en cuanto al acceso de información, también ha traído consigo que se rompan ciertos límites que son necesarios.

Estos son algunos temas de los que les tienes que hablar:

  • El online grooming (el ciber acoso o abuso sexual online): es importante que informes a tu hijo/a adolescente de la existencia de los abusadores online que se pueden encontrar en internet y de cómo identificarlos. 
  • Serán personas anónimas que se harán pasar por un menor. 
  • Le pedirán fotos o contenido explícito. 
  • Intentarán aislarlo de su entorno.
  • El cyberbullying con el sexting: 1 de cada 3 adolescente ha practicado sexting alguna vez, por lo que es esencial que trates este tema. ¿Qué debes decir para intentar prevenirlo?
  • Las imágenes podrían ser usadas posteriormente para acosarles o extorsionarles. Puedes poner algún ejemplo para que sepan identificar cuándo está ocurriendo.
  • Las imágenes podrían acabar en manos de terceros, y podrían ser utilizadas sin su consentimiento en webs de fotos, anuncios pornográficos, etc.
  • Las imágenes pueden acabar en manos de pederastas. 

La presión de grupo

Es natural que en la adolescencia, los niños/as escojan y se fijen en personas de su entorno como modelos a seguir en su vida sexual. Esto, junto con la necesidad de encajar en su pandilla, hace que muchas veces se vean envueltos en la presión de grupo. Aquí es necesario que hables de:

  • Actuar tal y como son, sin sentirse presionados por nadie de su grupo.
  • El valor de decir “no” a situaciones que les generen incomodidad o peligro.
  • La necesidad de poner límites y de no intentar satisfacer a otra persona cuando no están preparados para enfrentarse a alguna situación.

Las conductas tóxicas de una relación

Las películas, las series e incluso la música (como el reggaeton) han hecho que muchos adolescentes normalicen ciertas conductas tóxicas. Un ejemplo de estas son los celos, la posesividad o la dependencia emocional -ay, ¡cuánto daño han hecho las películas románticas!-. Por eso mismo, es indispensable que le hables de las red flags que debe aprender a identificar en una relación, como que te bombardeen con mensajes y llamadas, que te presionen para tener relaciones sexuales, que te impidan pasar tiempo con tu gente o que te exijan que vistas de cierta manera.

No te olvides de recalcar al final de la conversación que el explorar su sexualidad (estableciendo sus propios límites) puede ser un bonito camino para autoconocerse, ¡tampoco queremos que le cojan miedo! Y recuerda: aunque los adolescentes prefieran hablar de sexo con su círculo de amigos, al final del día los padres somos un modelo a seguir para ellos, aunque les cueste admitirlo abiertamente. ¡Pongámonos cómodos y muéstrate abierto al diálogo, sin juzgar a tu hijo/a! 

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