A priori, no te imaginas cómo una canción te puede hacer reflexionar sobre la falta de educación afectivo sexual en la sociedad. Pero Zahara con su canción «Merichane» y testimonios desgarradores, lo consigue. Escuchando la letra, te conmueves, te angustias y también te preocupas. Porque, y a diferencia de lo que afirma Zahara al final de su canción, con “Merichane soy yo”… la verdad es que Merichane somos todas.
Porque todas hemos vivido en mayor o menor medida, una o varias de las historias que se cuentan en esta obra musical. Son problemas y situaciones conflictivas, que vivimos las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. De hecho, aunque no hayas vivido necesariamente todas los sucesos que ella cuenta, seguramente empatizarás con varios. O «te sonarán», porque lo han vivido mujeres cercanas a ti.
Un videoclip desgarrador
Si la letra de autora es muy dura, el videoclip no se queda atrás, ya que nos ayuda a adentrarnos en cada una de estas historias. En él, la cantante nos muestra la distorsión entre el propio cuerpo y el consentimiento, así como nos enseña la vergüenza y la culpa que ella sintió tras vivir estás experiencias. También cuenta todos los problemas físicos y mentales que estas vivencias le han causado. Vemos situaciones machistas, de abuso, de acoso escolar… Y las consecuencias nefastas sufridas en su cuerpo y en su vida.
Y es que no nos damos cuenta de hasta dónde puede llegar el ser humano sin una correcta educación afectivo sexual, pero Zahara lo expone a la perfección. Sin pelos en la lengua.
«Merichane»: algo más que una canción
Aunque «Merichane» podía haberse quedado tan solo en una canción, se ha convertido en todo un movimiento social. La cantante ha invitado a que más mujeres cuenten sus historias a través del hashtag #YoEstabaAhí, para así hacerlas ver que no están solas, que ella misma ha estado en la misma situación en algún momento de su vida. A través de esto, miles de mujeres han comprendido que han sido víctimas de una acción machista. Ha abierto ojos y conciencias. Además, con esto Zahara nos ha animado a dejar de ser meras espectadoras para pasar a hacer algo al respecto. A querer cambiar esta situación para que no pase nunca más. Así, nos hace ver que juntas, y por supuesto JUNTOS, somos más fuertes.
La educación sexual para evitar la repetición de patrones
¿La conclusión que saco con esta canción? Por supuesto, la enorme carencia que sufre la sociedad de una educación sexual de calidad. Esto se puede reconocer al observar cómo todas las historias que cuenta Zahara son fruto de la falta de una correcta educación afectivo sexual, que comienza en la educación infantil, y se extiende hasta la vida adulta de las personas.
Sí, hacen faltan recursos, patrones y plataformas desde las que se pueda promover este tipo de educación. Como he dicho muchas veces, la fuente de información sexual a la que más recurren nuestros jóvenes es el porno. Este muestra actitudes misóginas y plantea una realidad en la que la mujer tiene un rol denigrante. Y esto es solo en principio. Por eso es necesario actuar, plantearse cambios y despertar en nosotras mismas esta necesidad de entender que aquello que nos pasó, o eso otro que le ocurrió a una amiga… está mal. Y entre todos, no debemos dejar que vuelva a pasar.
Por esto, tanto la educación sexual, como el aprender a quererse y a valorarse a uno mismo (y a los demás), así como el educar en la igualdad y el respeto, es esencial. Es necesario y es urgente.
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Muchas gracias por compartir esta información, es un artículo/ una entrada muy interesante!