Como siempre, es un honor colaborar en un artículo sobre el poder de la empatía y su conexión con la terapia de pareja en El País, con la gran Silvia C. Carpallo.
En este artículo, se trata el tema de por qué las personas con más dinero ven la realidad de una forma diferente, sin tanta empatía. Esto se podría deber a que, de alguna manera, las personas con un nivel adquisitivo superior tienen menos conexiones neuronales relacionadas con el dolor de los demás. Así, en las clases sociales altas se tiende a potenciar otras cualidades de la personalidad que poco tienen que ver con la asertividad y la empatía. Claramente, esto afecta en la vida de las personas pertenecientes a este nivel socioeconómico, que acaban dedicándole más energía a sus actividades profesionales y menos a sus actividades interpersonales.
Como podéis ver, esta vez, el artículo se aleja un poco de lo que solemos hablar aquí, la sexualidad y las relaciones de pareja. Aún así, se habla de algo clave para la Terapia de Pareja y Terapia Sexual: la empatía.
La empatía es esa capacidad importantísima a la hora de socializar y de desarrollarnos, ya que nos permite ponernos en la piel del otro y entender su sufrimiento. Es una herramienta clave para la solución de conflictos. Cuando la usamos podemos ver otros puntos de vistas y entender que una verdad está formada de varias caras.
Me gusta usar la empatía sobre todo para hacer entender a las parejas en terapia lo que pasa cuando una de las partes rechaza sexualmente al otro. No es un simple «no», es un rechazo que cuando alcanza un cierto número, merma la autoestima y la confianza de cualquiera. Si quieres saber más, te recomiendo este post en el que hablo ampliamente del tema.