La disfunción eréctil resulta mucho más vergonzosa, humillante y rara que la anorgasmia (ausencia o deficiencia del orgasmo durante el sexo). Siempre suelo hacer referencia a que gran parte de la culpa al tener disfunción eréctil la tiene la sociedad con esos mitos y mentiras, que nos han inculcado desde pequeños. Mentiras y suposiciones como que los hombres siempre deben rendir en la cama, porque son «los más sexuales». Esto hace que el hombre que sufre disfunción eréctil tenga un problema añadido, la presión. Lo paradójico es que, en muchos casos, esa presión es la causante de la disfunción eréctil.
El miedo a tener disfunción eréctil es una de las razones por las que ocurre
Es la pescadilla que se muerde la cola. Ante la primera aparición de disfunción eréctil, el miedo a que vuelva a pasar suele convertirse en el causante de que efectivamente, pase. Y entramos en un círculo del que es difícil salir, porque siempre va a mayores.
Tener problemas sexuales, pero no ir a terapia por vergüenza
A esto se suma que muchos de los afectados no acuden a consulta por vergüenza. Vergüenza por no ser «buenos en la cama» o «hombres» como la sociedad entiende. Y como además lo suelen llevar en secreto, su sufrimiento es mayor.
En las mujeres es otra historia
En las mujeres es mucho más normal y común cara a la sociedad, que no hayan tenido nunca orgasmos, o que les cueste tenerlos. Para ellas (en muchos casos) no es tan vergonzoso contarlo o vivirlo, como lo puede ser para un hombre. La mujer no se siente menos mujer por no tener orgasmos, pero el hombre, no se siente hombre si no “cumple” en la cama.
La disfunción eréctil: un problema común que conviene normalizar…
La disfunción eréctil es uno de los mayores problemas de los hombres que me encuentro en consulta, y os aseguro que el número es bastante elevado. En la mayoría de ellos, el desencadenante de su problema se encuentra en la presión que sufren por ser un buen amante, la inseguridad que les crea la inexperiencia, o un par de ocasiones fallidas que hacen que se preocupen demasiado y lleguen a obsesionarse con que les vuelva a pasar. Y como decía al principio, cuando uno tiene este miedo, ¿qué es lo que sucede…? Sí, lo has adivinado, que vuelve a pasar. Y cada vez con más frecuencia.
… para evitar sobreactuar y echarle la culpa a tu pareja
En muchas ocasiones, la pareja, ya sea por el desconocimiento o fruto de la insatisfacción, adopta una actitud que suele ser contraproducente para superar el problema: fomenta más aún la presión. No hablo solo de reacciones «malas», como enfadarse, sentirse ofendida o decepcionada, sino de condescendencia, sentir lástima, o hacer como si nada hubiera ocurrido.
¿Por qué se ejerce tanta presión con el hombre?
Pensemos que las mujeres por definición, tenemos o nos tienen que hacer virguerías para conseguir un buen orgasmo. Cuando no lo tenemos, el mundo no se para. No nos preocupamos (tanto), ni nos agobiamos, y nuestra pareja tampoco. O cuando somos inexpertas, nuestra pareja es (o debería ser) comprensiva y ayudarnos a conseguir esa experiencia, pero no nos la exige. ¿Por qué no se hace lo mismo con el hombre?
Cambiemos el enfoque
Nadie nace sabiendo ni nadie falla voluntariamente (sobre todo en el sexo), por lo tanto -y por sentido común- ayudemos al otro cuando esté en una de estas situaciones. Las parejas están para lo bueno y para lo malo, el problema de uno es de los dos, y si uno de los dos sufre disfunción, también el otro.
La clave para solucionar VUESTRO problema es cambiar esa insatisfacción que produce el sexo fallido, la frustración, la rabia, la decpeción… por comunicación, comprensión, paciencia y apoyo incondicional.
Solo así conseguiréis ahuyentar esos miedos que atormentan a la persona que sufre la disfunción y conseguir la confianza que se necesita para superarlo.
Ahora te hablo a ti:
a) Si tú sufres este problema, lo primero es tranquilizarte, es mucho más común de lo que crees. Y tiene solución. Rara vez es un problema físico y el impedimento suele venir de la cabeza. Si ves que no va a mejor y empieza a obsesionarte, te aconsejo que acudas a un especialista (sexólogo/a). Te puedo decir que -hasta la fecha- todos los pacientes que he tenido con este problema han conseguido solucionarlo. Así que tranquilo, seguro que lo vas a solucionar.
b) Si es tu pareja quién lo sufre: entiendo que es difícil reaccionar ante la aparición de este problema: no sabes si hacer como si nada, restarle importancia o preocuparte. Pues bien, como te decía arriba, la comunicación va a ser la clave para solucionarlo, y tu paciencia y cariño sus apoyos. En esto eres el 50% de la solución.
*PongámonosCómodos y demos una vuelta de tuerca para estar más cerca de nuestra pareja cuando tiene problemas sexuales, solo de esta forma conseguirás recuperarlo a él/ella y tener una vida sexual satisfactoria.