Hoy vamos a hablar de por qué los terapeutas de parejas y sexólogos de Madrid (y demás ciudades), tenemos la agenda llena en Septiembre: las crisis de pareja después de las vacaciones. Hablaremos de esas parejas que vuelven de vacaciones y se encuentran que sus problemas no se han solucionado, que de hecho han empeorado; que la crisis en el matrimonio o noviazgo sigue, y que o la cosa cambia o la amenaza del fin está cerca.
Empecemos: Por fin llegan las ansiadas vacaciones, ese momento que llevas esperando todo el año para descansar, desconectar, divertirte y sobrepasarte, porque consideras que te los has merecido y porque están para eso.
No os voy a hablar de lo maravillosas que son las vacaciones para un soltero/a que tiene vía libre para hacer lo que quiera y para tener uno o 10 rollos de verano. Ni tampoco de las ganas que tienen las parejas de irse al fin del mundo, o a Almuñecar, a dar rienda suelta a su pasión.
En este post os hablaré de aquellas parejas en las que las vacaciones se convierten en un antes y un después, en un momento de reflexión y asimilación de que algo va mal, en que hay una crisis de pareja.
Razones por las que puede haber una crisis de pareja en verano
Puede ocurrir de varias formas:
- Caso 1: el problema existe, pero no se han dado cuenta o no lo han hablado. Es muy común, sobre todo en parejas en las que se ven poco por trabajo, o tienen estrés externo (por lo tanto interno). Saben que no se sienten del todo bien con algo, pero lo achacan a su ritmo de vida, y no a su relación. Se van de vacaciones buscando dejar atrás esa sensación, pero a la vuelta se siguen sintiendo mal. Y aquí es cuando muchos se dan cuenta que es su relación lo que no va bien. Lo hablan, reflexionan y se plantean que tienen que hacer algo para solucionarlo.
- Caso 2: el problema existe, son conscientes de ello y ya lo han hablado en alguna ocasión. Se toman las vacaciones como una oportunidad para intentar darle un empujón a la relación y superar ese bache en el que están metidos. Saben que algo va mal y desconectar de su vida normal, su rutina, el estrés del trabajo, o del cansancio de los hijos, les va a venir bien para solucionarlo.
En el caso 2, va a depender mucho el tipo de problema que acarreen y del tiempo que lleven con él. En el mejor de los casos, son capaces de superarlo por ellos mismos, ya que solo necesitaban tiempo para los dos, y dedicarle esfuerzo y trabajo a la relación. A consecuencia, vuelven más enamorados, e incluso han retomado con ganas el tema del sexo, que hacía tiempo que lo tenían abandonado.
El caso 1 es un poco más complicado. Porque aunque las crisis sean normales en cualquier relación duradera, el verdadero peligro es que la pareja no sea consciente de que están pasando por una, o peor aún: no quiera serlo. Ocurre mucho: por miedo a enfrentarnos a una crisis, preferimos engañarnos y pensar que «es una temporada», «que es normal», «que es por el trabajo»… y nos aferramos a que unas vacaciones juntos podrá solucionarlo.
Y claro, cuanto más tiempo pasa, más nos habituamos a esos problemas. Pasan a ser parte de nuestra relación y los vemos normales. Y es aquí cuando solucionarlo se complica. No es imposible, pero sí más difícil.
Si cuando os pongáis a solucionarlo, veis que por más esfuerzos que hagáis no conseguís salir de esa espiral en la que os habéis metido, mi consejo es que acudáis a un profesional.
Os ayudará que alguien externo os enseñe a comunicaros y a encontrar la solución a vuestros problemas. Olvidaos de todas las connotaciones que tiene acudir a un terapeuta de pareja. No es que hayáis fracasado como pareja, ni que sea vuestro último cartucho. La realidad es que tenéis un problema que no sabéis solucionar vosotros solos.
Y de ahí el título del Post. Es un hecho que a la vuelta de las vacaciones los terapeutas tenemos más trabajo. Aunque no el suficiente, porque según las estadísticas, tras el verano es cuando más rupturas se producen.
Para evitar llegar a esto, las parejas necesitan enfrentarse a sus problemas. Una relación fuerte no es la que no tiene problemas, sino la que se enfrenta a ellos.
Y la clave está en ese, en cómo nos enfrentamos a ellos. Necesitamos tener una actitud empática y conciliadora, dejando a un lado el rencor y el «querer llevar la razón». El objetivo es arreglar el problema, no demostrar que el otro/a se equivoca. Hay que hablar, pero también escuchar. Hacerse entender y entender.
Y tenemos dos armas clave con las que luchar, que no son otras que la comunicación y la confianza.
Si tenemos confianza con nuestra pareja, sabremos que podemos contarle lo que nos preocupa, que la reacción de la otra persona será de comprensión y empatía, y por lo tanto estará dispuesta a hacer cualquier cosa para solucionarlo. Y si tenemos comunicación, seremos capaces de hablarlo con el/ella de manera que nos entienda, sabremos cómo decírselo para que no se sienta mal o para que la conversación sea constructiva, y entre los dos pongáis solución.
Muchas parejas no tienen esa confianza y comunicación, aunque se quieran mucho. Una pareja no solo vive de amor. «Confianza» y «comunicación» son casi tan importantes como quererse.
Siendo realistas, las crisis en las parejas son muy normales. ¡¡¡Si hasta Beyonce y Jay Z han tenido crisis!!! Pero se pueden solucionar si durante la relación habéis fomentado la confianza y comunicación. Esto os ha hecho poder compartir vuestros miedos con vuestra pareja, que os entienda y que os pongáis manos a la obra para trabajar en vuestra relación.
*PongámonosCómodos y trabajemos siempre en la relación de pareja, hay que cuidarla día a día para que cuando llegue el momento de crisis, sepamos cómo afrontarlo juntos.
¿Problemas de pareja a los cuarenta y tantos años de serlo? Los normales después de tantos años, digo yo. El cansancio y aburrimiento de «·siempre lo mismo» y con el mismo…o la misma».
DESPECHADO A LOS CASI CINCUENTA DE CASADOS
El cansancio y el aburrimiento del que hablas son normales en parejas que llevan tanto tiempo, pero siempre se puede hacer algo para darle la vuelta a la situación. Según mi experiencia en las terapias, volver a enamorarse de tu pareja después de tantos años es posible. Y volver a disfrutar de pasar tiempo con ella/él también. Un saludo!
Es normal que con los años aparezca esa sensación de aburrimiento y cansancio de estar siempre con la misma pareja pero no tiene nada de malo. Eso no quiere decir que ya no haya amor, y por supuesto esa sensación se puede solucionar.